¿Con qué se recomienda endulzar? Información nutritional sobre el azúcar, miel, sucralosa y estevia – Por Rocío Suárez, Nutricionista

A muchos nos pasa que si pensamos en algo dulce se nos hará agua la boca, y esto es porque entre todas las sensaciones gustativas los humanos demostramos mayor preferencia por el sabor dulce; siendo muy marcada esta tendencia en niños pequeños, llegando a ser clave en el establecimiento de los hábitos alimentarios generados desde los primeros años.

El alimento dulce por excelencia es el azúcar, sin embargo día a día esta siendo más reemplazada por endulzantes naturales o artificiales, donde los que no aportan calorías han sido una valiosa alternativa en la alimentación de pacientes diabéticos o con exceso de peso.  Pero, ¿es recomendable su utilización en población que no presente estas u otras enfermedades? 

A continuación haremos una breve revisión de las principales características de los endulzantes actualmente más utilizados en bebidas calientes o frías y  en repostería.


 Veamos en qué casos podemos utilizarlos y bajo qué condiciones: 

AZÚCAR (SACAROSA)
Es obtenido a partir de la remolacha o de la caña de azúcar. Para su obtención se utiliza un proceso altamente refinado, lo que ocasiona que su aporte sólo sea de sacarosa y ningún otro nutriente, .
La diferencia con el azúcar morena es que esta última contiene ínfimas   cantidades de algunas vitaminas, minerales y aminoácidos, por lo que la elección entre una y otra sólo dependerá del gusto del consumidor y no de sus aportes nutricionales, ya que ambas tienen un ALTO aporte energético y BAJO aporte nutritivo. 

MIEL
Es un endulzante natural constituido por el néctar de las plantas, recogido, transformado y almacenado en los panales de la colmena por las abejas.

Fue el edulcorante más utilizado en la antigüedad, hasta la industrialización del azúcar de caña. Es un alimento que destaca por contener fructosa, glucosa y sacarosa, así como pequeñas cantidades de proteínas, aminoácidos libres, ácidos orgánicos, vitaminas y minerales entre otras sustancias. La miel tiene también aplicaciones terapéuticas, como agente expectorante, descongestionante y antiséptico, además de aportar antioxidantes a la dieta y ha sido descrito como afrodisíaco. 

Al igual que el azúcar posee un ALTO aporte energético y BAJO aporte nutritivo.

Si evaluamos el azúcar y la miel podremos ver que prácticamente sólo son calorías vacías, es decir si nuestro organismo no las “gasta”, lo que ocasionaremos es que se almacenen como grasa. Por otro lado, este sabor dulce tan tentador en la población infantil lamentablemente produce una adicción, donde los menores van acostumbrándose a la intensidad, por lo que cada vez necesitan mayores cantidades. 

No es poco frecuente ver a niños de primero básico que endulcen su leche con 3 cucharaditas de azúcar (sin contar que además utilizan chocolate y cereales llenos de azúcar) y así y todo no sienten el dulzor, esto es porque desde pequeños ocuparon grandes cantidades y hoy ya están acostumbrados y necesitan más, igual a una adicción. 

SUCRALOSA Y ESTEVIA ¿ALTERNATIVA PARA TODOS?

Diariamente podemos ver en la TV distintos anuncios de estos dos tipos de edulcorantes, que no aportan calorías y se agregan a los alimentos para aportar un sabor dulce.


Si buscamos en internet verán que en páginas (nada de fiables) hablan de los miles y miles de beneficios que tienen, y esto me interesa poder aclarar: sus principales beneficios son ser acalóricos, es decir que no aportan calorías ni alteran la glicemia por lo que pueden ser utilizados por diabéticos o por quienes se quieran cuidar o bajar de peso.


En el caso de la estevia entre sus posibles efectos beneficiosos sobre la salud humana, incluye ser un anti-hipertensivo y anti-hiperglucémico, el resto son estudios poco concluyentes o poco fiables

En el caso de ambos edulcorantes los estudios de seguridad en lactantes, niños, adultos, mujeres embarazadas, mujeres lactantes, diabéticos y obesos, han mostrado que su consumo diario, dentro de la ingesta diaria recomendable, no produce reacciones metabólicas adversas.

Sin embargo, como Nutricionista creo que debemos ser cautelosos en la utilización de estos productos, ya que llevan pocos años en el mercado y por consiguiente no podemos tener una evaluación prospectiva de sus efectos. Si a esto sumamos que los niños pequeños no deben acostumbrarse al sabor dulce agregado (basta y sobra con las frutas y lácteos) yo recomiendo su utilización sobre los 6 años en niños con exceso de peso, y muy importante siempre evaluando las necesidades individuales por el equipo médico.

Rocio Suárez Eytel
Nutricionista – Universidad de la Frontera
Magister en Nutrición y Alimentación (c) – Universidad de Barcelona
Consulta Nutricional: Cirujano Guzmán 161, Providencia, Stgo, Chile
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