Zabaglione de Chocolate Blanco

© Francisca Amenábar Chimenti 2013. Todos los derechos reservados, prohibida su reproducción parcial o total.

El Zabaglione, zabaione o sambayón es una preparación italiana, pero de la cual no hay consenso en relación a su origen: se dice que nace en el Imperio Romano cuando espesaban vinos con yemas de huevos, otra versión dice que su origen está en el Cinquecento bajo el techo de los Medicis, también se dice que puede ser de Sicilia… en fin, es una preparación básica con ingredientes sencillos por lo que es complejo determinar con exactitud dónde nace.

Originalmente la receta se prepara solo con yemas, azúcar y vino dulce. Esta receta la encontré hojeando una revista y me pareció genial hacerlo además con crema y chocolate blanco, atenuando el sabor a huevo. La primera vez no me resultó porque no respeté las cantidades exactas ni tampoco tenía todo listo de antemano.

Para triunfar en esta preparación es fundamental organizarse y dejar la crema en el refrigerador la noche anterior, preparar todos los utensilios y electrodomésticos que vayamos a usar, dejar todo a mano y concentrarse.

Aprovechamos de dar nuestro apoyo a todos quienes estén sufriendo por el temporal y esperamos que se solucionen sus problemas a la brevedad. Es una pena ver cómo por negligencia sufre tanta gente… esperamos que esa cultura cambie, porque se ve a todo nivel en nuestro país.

Zabaglione de Chocolate Blanco con coulis de berries.
Receta original de Delicious Magazine 09/12
Para 6-8 unidades.
Dificultad: Difícil.

2 yemas de huevo a temperatura ambiente.
2 cucharadas de azúcar.
1/4 taza de amaretto.
100 gr. de chocolate blanco.
200 ml. de crema para batir.
1 taza de berries congelados.
1/2 taza de azúcar.
1/3 taza de agua.
Batir la crema hasta que esté firme, es importante que haya estado varias horas en el refrigerador para lograr un buen resultado. Reservar.
Derretir el chocolate blanco a baño María. Una vez líquido retirar del calor y dejar enfriar un poco. Esta es la parte difícil, ya que al unir con el resto de los ingredientes el chocolate no puede estar caliente ni tampoco frío porque quedarían pedazos duros y no se integraría bien.
Llevar las yemas, amaretto y azúcar a baño María, sin que la base del bol tope con el agua de la olla. El agua no debe hervir. Batir con un batidor de globo durante 8 minutos o hasta que la mezcla esté espesa, cremosa y de color pálido. Mezclar con el chocolate blanco hasta homogeneizar.
Integrar la crema con movimientos envolventes, utilizando un mezquino. Colocar la mezcla en una manga o una bolsa y cortar la punta. Rellenar vasitos de postre, tapar cada uno con film plástico. Refrigerar.
Preparar el coulis de berries llevando a ebullición los berries, con el azúcar y el agua. Revolver hasta que tome punto (puedes chequear esto colocando una cucharadita del coulis en plato, meterlo 30 segundos al freezer y pasar el dedo por la mitad: si queda marcada la huella quiere decir que está listo). Dejar enfriar.
Verter sobre cada uno de los postres una vez que el zabaglione esté firme. Incluso recomiendo agregar el coulis al momento de servir para que no se manche o tiña.
Mantener refrigerados y cubiertos con film plástico. Para servir puedes decorar con berries frescos u hojas de menta.

Clase de cocina en Santiago: Menú de Invierno

Anunciamos nuestra próxima clase para el sábado 8 de Junio de 10:15 a 13:30 hrs, revisaremos un Menú de Invierno con preparaciones ideales para el frío, cuando estamos en la nieve, en el sur con lluvia o un fin de semana en que nadie quiere hacer un asado por el mal tiempo. Aprenderemos diferentes técnicas tales como preparar un fondue de queso para evitar que se corte, técnicas para cortar fino y rápido, entre otras.
Nuevamente haremos la clase en la Academia de Cocina de Kitchen Center, ubicada en Av. El Salto 3485, frente a Ciudad Empresarial. Esta cocina está equipada con electrodomésticos de última tecnología y cuenta con un amplio espacio que hace muy grata la clase. Tiene estacionamiento privado.
Si quieres inscribirte escríbenos a clases@espacioculinario.cl y te diremos los pasos a seguir.
¡Te esperamos!

Torta de Piña y Los Años 80

© Ana María Amenábar Chimenti 2013. Todos los derechos reservados, prohibida su reproducción parcial o total.

La década de los 80 fue inolvidable, especialmente porque viví toda mi adolescencia. Esa adolescente rebelde, crítica, independiente, cuestionadora que usaba las orejas como colador de la que colgaban aros, en cuello collares y de las muñecas,pulseras, era yo. Que quieren que les diga,  en esa época  cualquier cosa se podía esperar de mi, sin duda era muy ecléctica Por supuesto que no podía dejar de andar con mi clásico walkman Sony  en el que escuchaba a los idólos del momento como Madonna, Cindy Lauper, Guns and Roses, Soda Estereo, Simple Minds, U2, The Cure, Depeche Mode y muchos más los que con su su estilo atípico eran una atracción y una inspiración total.
Me encantaba ver Magnetoscopio Musical, Extrajóvenes, Candy, The Dukes of Hazzard, Los Magnícficos, Mac Gyver, El Renegado, El Lobo del Aire, Dra Queen, etc. Pero la serie que no me perdía por nada del mundo era Miami Vice, me acuerdo que la veía en la noche tomando una Free  o Tab escondida de mis papás, me pasaba el día formulando la estrategia para poder verla sin que me descubrieran.
© Ana María Amenábar Chimenti 2013. Todos los derechos reservados, prohibida su reproducción parcial o total.
Nos vestíamos con pantalones amasados anchos con colores fluor que mataban, usabamos zapatos pluma, las zapatillas North Star,Topper o Puma. Las marcas del momento eran Feroucci con su logo inconfundible (el angelito regordete rococo), Ellus, Umbralle, Marie Claire y Jorge Barros Edwards, esta última era la marca de las «niñas buenas» por decirlo de alguna manera, a mamá le encantaba, pero a mi no, sin duda, prefería algo más «Dark».
Las comidas en las casas eran muy simples y sin complicaciones. A nivel profesional se estilaba una presentación circular combinada con figuras geométricas. Se usaban las salsas espejos y gotas de colores las que contrastaban, enmarcaban y resaltaban la preparación principal del plato.

El elemento decorativo más usado durante los 80 fue la clásica roseta de cáscara de tomate… ¿Quién podría olvidarla? Era la estrella del momento sin discusión, no existía plato, bandeja de canapé, carne o fuente ensalada sin que estuviera presente, fue todo un ícono.

© Ana María Amenábar Chimenti 2013. Todos los derechos reservados, prohibida su reproducción parcial o total.

Esta torta de piña con marrasquino me hace recordar las celebraciones familiares, estaba siempre presente junto a las clásicas cáscaras de naranjas rellenas con gelatina de colores cortadas en gajos. Esta combinación de sabores y colores iban muy «ad hoc» con la moda de la época, destacándose por sus colores fuertes, llamativos y contrastantes los que no podían pasar desapercibidos, eran preparaciones muy alegres y vistosas.

El marrasquino me trasporta a los años 80 en que era la guinda de la torta de la mayoría de las preparaciones. Se usaba mucho en tragos, masas dulces, carnes y postres. Hoy lo vemos como algo poco atractivo, poco elegante y popular. Pero no hay que olvidar que fue un clásico de la época y tuvo un lugar importante dentro de la historia de la decoración de esos años.

Las tortas se remojaban con el jugo de la fruta en tarro o con jugo de naranja. Hoy pensar en remojar una torta con el jugo de la fruta en conserva es poco recomendable o más bien impensable, por el peligro que se corre, porque puede fermentar, producir bacterias y avinagrarse, pero al fin y al cabo se usaba y la torta quedaba con ese sabor único y característico.

Después de hacer esta torta me senté a comerla y quedo sólo la mitad.
Mientras escribía en mis audífonos sonaban  Simple Minds – See The Lights  y la música de Miami Vice.

Torta de Piña
(para1 bizcocho de 24 cm y 1 de 20 cm)

Bizcochuelo
9 huevos
220 g azúcar
270 g de harina con polvos cernida
Vainilla
Papel mantequilla para forrar el molde

Remojo
Jugo de la piña

Relleno 
1 l de crema
100 g de azucar
3 tarros de piña en conserva
Marrasquino estilados para decorar


Precalentar el horno a 180°C. Forrar los moldes con el papel mantequilla, reservar.

Para el Bizcochuelo: Batir las claras a nieve, agregar el azúcar,añadir las yemas y la vainilla, dejar de batir e incorporar la harina cernida con movimiento envolventes. Dividir la mezcla en los dos moldes de tal manera que queden cubiertos hasta 3/4 partes.  Llevarlos al horno y hornearlos durante 45 minutos aproximadamente o hasta que estén dorados  y al introducir un mondadientes este salga seco.

Montaje
Retirar los bizcochcuelos del horno y dejarlos enfriar. Dividirlos en 3 capas. Reservar

Batir la crema con el azúcar hasta que esté firme. Reservar.

Separar la piña del jugo y guardar el jugo Picar la mitad de la piña en trozos pequeños y reservar el resto para la decoración.

Remojar los bizcochos con el jugo de la piña, Esparcir un poco de piña picada, cubrir con crema batida cubrir con el otro bizcocho, remojar con el jugo de piña cubrir con piña picada, luego con crema y repetir este proceso hasta que terminar con los bizcochos.

Cubrir la torta con la crema que sobra,  decorar con rodajas de piña y marrasquino. Refrigerar y servir bien helada.

Día de la Madre: Pollo glaseado con Wild Hibiscus

© Francisca Amenábar Chimenti 2013. Todos los derechos reservados, prohibida su reproducción parcial o total.
Una buena forma de celebrar a las madres es regalonearlas con una comida hecha con las propias manos y con ingredientes que sorprendan. En este post queremos recomendarles Wild Hibiscus para darle a tu mamá algo especial y diferente.
Wild Hibiscus es importado por Palais Gourmet y pueden comprarlo en su web o en Cardamomo, Bética y Pastamore. El producto consiste en flores de hibiscus salvajes en almíbar, provenientes de Australia y 100% orgánicas. Tienen las mismas propiedades que los berries aportando Vitamina C, antioxidantes, ayuda con los problema gastrointestinales, reduce el riesgo de enfermedades degenerativas y cardiovasculares, libre de gluten y no tiene componentes alergénicos.
La consistencia de las flores es firme, lo que permite manipularlas con facilidad, decoran de maravilla un plato y entregan un sabor único a preparaciones dulces como saladas. Un sabor dulce y ácido, que en esta ocasión hemos usado para glasear un pollo al horno.
Por lo demás, les puedo decir que la salsa queda mundial. Cuando la preparé se la di a probar a varias personas y, especialmente las mujeres, la amaron. Podría decir que está totalmente aprobada para celebrar a quién nos ha traído al mundo o ¿por qué no? a esa mujer que ha sido nuestra guía y acompañante en el camino.

También pueden festejar haciendo un «salud» con un Chardonnay Sour.

© Francisca Amenábar Chimenti 2013. Todos los derechos reservados, prohibida su reproducción parcial o total.
Pollo con glaseado de Wild Hibiscus.
4 porciones.
Glaseado de Wild Hibiscus.
½ cebolla.
½ taza de vino blanco o espumante.
3 cdas. de almíbar de Wild Hibiscus.
Pollo con glaseado de Wild Hibiscus.
4 porciones.
1 pechuga de pollo.
½ cebolla.
Ramitas de Tomillo.
½ pimentón.
½ manzana verde.
¾ tazas de vino blanco o espumante.
1 cdta. rasa de maicena.
1. cdta. de mostaza.
Precalentar el horno a 190ºC.
Para el glaseado, en un sartén calentar aceite de oliva y sofreír la cebolla hasta que esté transparente, agregar el vino o espumante y el almíbar de Wild Hibiscus.  Dejar reducir por unos 8 minutos.
En una fuente apta para el horno colocar una cama de cebolla en pluma, la manzana y el pimentón en trozos. Colocar el pollo al centro y cubrir con el glaseado de Wild Hibiscus y sal gruesa. Agregar el vino blanco o espumante.
Llevar al horno por 1½ hora. De vez en cuando remojar el pollo con el líquido de la base.
Una vez cocinado retirar y cortar longitudinalmente en trozos delgados. Reservar.
Colar el jugo y llevar a un sartén. Se puede agregar más almíbar de Wild Hibiscus para un rojo más intenso y la mostaza. Una vez que hierva incorporar la maicena diluída en agua fría, revolver y apagar el fuego.
Servir.
Arroz Basmati.
4 a 5 porciones.
1½ tazas de arroz basmati.
2 tazas de agua.
Aceite.
Calentar una olla, agregar un chorrito de aceite de oliva o maravilla, granear el arroz por 5 minutos a fuego muy bajo, hasta que los granos se vuelvan de un blanco intenso y se sienta más liviano.
Agregar el agua hirviendo, sal, revolver y tapar. Colocar la olla sobre un tostador a fuego muy bajo y dejar cocinar por 12 minutos. Revolver y dejar reposar tapado por 5 minutos. Opcional: agregar frutos secos.

Pan de Nuez y Miel

© Ana María Amenábar 2013 . Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción.
Un buen pan de nueces y miel acompañado con un café expreso o un te verde y jazmín es un deleite otoñal para esos días fríos. Estamos a fines de la temporada de uno de los frutos secos más consumidos en el mundo, por lo que decidí ponerme manos a la obra y preparar esta clásica e inolvidable receta. 
En este caso quise darle mayor personalidad al protagonista de esta historia tostando los lóbulos ondulados de las la nueces, así revelarían todo su carácter y liberarían las notas de frutos secos con un toque amargo a nicotina que al ser combinado con miel queda perfecto.
El sabor de la miel de abeja es único y me encanta. La consumo mucho durante el invierno para aliviar el dolor de garganta que me persigue, la prefiero antes que el azúcar porque tiene menos calorías, buenas propiedades medicinales y un buen aporte de nutrientes. Lo mejor de todo es que podemos reemplazar el azúcar de las recetas por miel sin problema y obtendremos como resultado un producto con una calidad  muy superior.
Esta vez me acompañó Snow Patrol con Chasing Cars.

Pan de Nuez y Miel
(Para 1 molde rectangular mediano)

3 huevos
1 taza de azúcar o sucralosa
1/2 taza de mantequilla a temperatura ambiente
500 g de miel de abeja líquida
5 tazas de harina con polvos de hornear cernida
11/4 taza de nueces picadas
1 cucharadita de canela en polvo
Pizca de nuez moscada


Precalentamos el horno a 170°C. 
Enmantequillamos y enharinamos el molde rectangular o lo forramos con papel mantequilla.
En un bol batimos la mantequilla hasta que esté cremosa. Añadimos el azúcar o sucralosa, los huevos, la miel, la canela, la nuez moscada. Dejamos de batir y con movimientos envolventes incorporamos las nueces y la harina.
Vaciamos la mezcla en nuestro molde y cocinamos durante 50 minutos a 1 hora o hasta que al enterrar un brocheta de bamboo salga seco.
Retiramos del horno y lo desmoldamos sobre una rejilla para enfriar.
Nota: Para tostar las nueces colocamos los lóbulos sobre una lata de horno y las horneamos durante 15 a 180°C. Cuidando que no se quemen.