Food Styling & Photography Workshop con Beatrice Peltre en East Sussex

Cuando mi hermana Tita empezó el blog despertó en mí una debilidad por las fotos de la comida, de hecho, era tanto mi interés que al año me invitó a ser parte de Espacio Culinario. Nunca imaginé por los caminos que me iba a llevar este «pasatiempos». Agradezco profundamente a mi hermana por abrirme esta puerta e ir caminando juntas.

Poco a poco fui introduciéndome en la fotografía culinaria, pese a que estudié Arte nunca tomé un curso de foto… y quizás fue mejor, porque a veces las escuelas tienen un estilo muy marcado del que después es muy difícil alejarse. Además en ese entonces no hubiese pensado que había toda un área dedicada a la comida y que la tendencia estaba cambiando a lo natural.
Fue así como tomé mi barco y comencé a navegar por cientos de blogs, cada uno con sus tendencias culinarias, traspasando sus aromas y sabores por medio de la composición, texturas, colores e iluminación. Me compré libros en EEUU, los que fueron un impulso para hacer de este pasatiempos algo más serio. 

Por otro lado mi hermano Gonzalo (que quizás ya hayan leído de él en este blog) le encanta la fotografía, como buen ingeniero maneja a la perfección la técnica. Gracias a él he invertido en buenas cámaras, lentes y he aprendido muchas cosas como poder calcular la Profundidad de Campo con una aplicación para el celular y así obtener un resultado óptimo. Porque claro, a veces uno sólo quiere mostrar un detalle milimétrico de una flor, pero a veces una empresa te pide tomarle fotos a un producto y ellos no van a querer que esté fuera de foco su producto.
Incluso con mi hermano hice un curso de Iluminación artificial (flashes y todo lo que sea un estudio de foto como muchos pueden imaginar). De esto aprendí mucho como también aprendí que definitivamente no me gusta la luz artificial. Recuerdo una vez que fui a sacar unas fotos para Spazio 1 (de Petrobrás) y no entendían dónde estaban mis equipos «Todos los fotógrafos que han venido siempre vienen con muchos flashes, etc«, yo no los tenía ni hasta el día de hoy tengo intenciones de tener. Y esto no te hace menos profesional. Esta es una de las cosas que puedo reafirmar luego del workshop.

¿Me estoy yendo por las ramas? Uf sí, siempre he sido así (los que me conocen deben estar riéndose al otro lado de la pantalla). Pero es que quiero contarles la historia completa. En mi búsqueda encontré algunos referentes que se transformaron en mis mentoras o maestras (sin conocerlas ni ellas a mí):
  • Entre ellas está la española Aran Goyoaga, quien vive en EEUU y tiene el blog Cannelle et Vanille, este fue uno de los primeros blogs que conocí que me dejó con la boca abierta ¡qué maravilla poder captar todos esos colores tan vibrantes! 
  • Luego quedé sorprendida con el trabajo de la francesa Hélène Dujardin del blog Tartelette, de quien además compré su libro «Plate to Pixel». 
  • También me llamó mucho la atención de otra francesa, Beatrice Peltre del blog La Tartine Gourmande, sus colores y la forma de transmitir un estado de humor liviano y alegre. 
  • Roost fue un blog que me marcó por sus fotografías muy oscuras, que transmiten algo muy especial: pesado, intrigante, serio… Hoy ya no tiene muchas fotos de comida, pero en este link pueden ver al tipo de foto que me refiero.
  • La chilena Araceli Paz ha hecho de la fotografía culinaria un producto de exportación. Cada vez que veo en una revista chilena una foto que me llame mucho la atención es de ella. 
Podría seguir con esta lista eternamente, pero creo que ellas son el #girlpower del food styling & photography para mí. Y bueno, siguiendo estos blog vi que hacían workshops, pero siempre duraban uno o dos días y no valía la pena pegarse tremendo viaje por un día. Por eso en el verano cuando vi que en  La Tartine Gourmande que iba a hacer un workshop de 6 días en East Sussex dije «es ahora«. Le dije a mi pololo «no estoy segura ¿Valdrá la pena gastarse esa plata?» y el me respondió «hace tiempo estás obsesionada con hacer esto. ¡Hazlo! Es el momento». Así que rápidamente le escribí a Bea para inscribirme. Ya estaba listo.
Cuando llegué en marzo de vuelta a clases (soy profesora de arte) la directora nos comunica que tenemos bastantes vacaciones así que por favor organizáramos nuestros viajes en esas fechas…. Oh ou…. mientras decía eso y me enterraba cada vez más en mi asiento. Tenía que pedir permiso para salir una semana. Pero son comprensivos y cuando planteé mi caso no hubo problemas.
El tiempo pasó rápido y me subí al avión camino a UK (ya había estado una vez en Londres por 2 meses y no es mi ciudad favorita). ¿Valdrá la pena? ¿Aprenderé cosas nuevas? ¿Cómo irán a ser las otras personas que asisten a este workshop?
Uf ¡¡Si que valió la pena!! Podría decir que las cosas que Bea nos enseñó no eran 100% nuevas, pero son esas cosas que uno intuye y no se siente seguro. Fue interesante conocer como ella trabaja en EEUU con la fotografía de comida. Como también un poco decepcionante de lo diferente que es en Chile: la mayoría de las veces te dicen que no tienen presupuesto, por lo que uno termina haciendo cosas por un precio que no es tu valor. Y si no cedes, pueden elegir a otro.
Bea nos hizo tomar fotos a elementos que muchas veces es difícil de hacer ver bien en una foto como es el pescado o las sopas. También fuimos a terreno a fotografiar un lugar de ahumado artesanal y visitamos una granja donde uno mismo puede cosechar sus frutas y luego se pesan y se pagan.  Es decir, estuvimos en todo tipo de contextos lo que nos hizo poner a prueba nuestras habilidades y poder aprender de todos los que estaban ahí.


En conclusión, el fotógrafo de comida no necesita tener un certificado sino que debe hacerse su nombre por medio de la práctica, observación y espíritu de esfuerzo, aprendiendo constantemente de blogs, revistas, etc. Y en algún minuto uno debe sentirse seguro y con la confianza de decir «Sí, soy una estilista y fotógrafa de comida, sé cómo hacer que la comida se vea linda y apetitosa«. Y si el que escucha eso duda, entonces puede ver tu portafolio.
Y como dicen, siempre se aprende de los viajes. Claramente mi maleta de vuelta llegó con mucho más que unos platos que compré para las fotos, traje también todo lo que aprendí de las personas que asistieron a este Workshop. Partiendo por Bea, quién ha llegado donde está hoy por su trabajo persistente, detallista y metódico. Leigh fue quien vio la logística y fue sorprendente, no hubo errores. Allison nos cocinaba, me impresionaba que pese a sus 50 y tantos siempre tenía una sonrisa (estaba en la cocina desde las 6am hasta las 1pm) y como si fuera poco, creo que nunca había comido tantas cosas ricas en una semana.

De las alumnas a las que conocí más de cerca fue a Marisa, quién vive en Suecia y tiene una historia que no contaré, pero es muy conmovedora, pasó por momentos muy difíciles y aún así es una persona que tira para arriba, positiva, alegre y tierna. De hecho ella me insistió en que hiciera «videorecetas» jejejeje. También Regina fue un gran apoyo porque vive en EEUU, pero es brasilera y creo que a veces nadie entendía mi humor así que fue ideal contar con la compañía de un latinoamericano.  Zoe es suiza, casada con un egipcio y enfermera de urgencias, con ella no paramos de reír. Y otras compañeras de EEUU y una de China… cada una tenía sus propias historias, algunas que realmente «te tocan la fibra» y me han hecho mirar mi vida de otra forma… este viaje fue como un terremoto emocional, me ha hecho cuestionarme muchas cosas y creo que aún no tengo las respuestas.

En conclusión ¿Valió la pena? Si que sí valió la pena. Y en resumen, puedo decir que soy una Food Stylist & Photographer ¿alguien necesita que le haga unas fotos? 🙂 

Video Receta Raw: Cuscús de Coliflor

¿Te gustan los videos de recetas? Personalmente prefiero ver fotos que videos porque es más rápido, pero cuéntanos si te gusta esta video receta de Cuscús de Coliflor (Libre de Gluten y Lactosa).
La tendencia «raw» o «crudismo» es una dieta en base a alimentos crudos para evitar perder nutrientes al cocinarlos. Comer raw de vez en cuando es bueno por lo que mencionaba recién y uno se sorprende de los sabores de verduras que a lo mejor nunca imaginaste que se podían comer sin cocinar. Eso me pasó con la coliflor, que además, ni siquiera me gustaba mucho porque no me agradaba su consistencia y olor cuando estaba cocinada.
Cuando la probé cruda fue una gran sorpresa y fui buscando recetas raw como haciendo mis propias variaciones. Este couscous de coliflor tiene un sabor muy bueno, por la mezcla de sabores y texturas… ¡ojalá se animen preparlo!

Pan de Molde y Amapolas

 
 ©Ana María Amenábar Chimenti 2013. Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial.
 
©Ana María Amenábar Chimenti 2013. Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial.
 
Este pan lo hice después de bajar  del auto la nueva batidora industrial de 20 litros que necesitaba para mi fábrica de pasteles y productos para cafeterías. Después de haber logrado bajarla y desembalarla de la caja de madera, fui buscar un kilo de harina y lo vacié en el enorme bowl, en el que  prácticamente cabíamos todos. Mi marido me miró desconcertado y me dijo «¿A esta hora vas a cocinar?!» (habíamos llegado tarde de Santiago) Sí, le dije, me miró como diciendo no pude ser verdad!! Se dio vuelta y se fue. Yo, ansiosa y contenta buscaba todos los ingredientes que necesita para hacer el pan y echar a andar el juguete nuevo. El resultado fue espectacular. En un dos por tres tenía mi masa perfecta de pan.
 
Por más 20 años trabajé con una Kitchen Aid, la que me regalaron mis papás cuando me titulé. Nunca me falló, me acompaño incondicionalmente sin descanso, trabajando sin descanso y con mucha exigencia hasta que murió hace un par de días, yo casi con ella. Hoy está en el hospital recuperándose. Pronto la tendré en mi cocina otra vez y seguiremos caminando juntas por la vida.
 
 
 
©Ana María Amenábar Chimenti 2013. Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial.
 
 
Para lograr un buen pan de molde con una miga liviana, suave y bien alveolada debemos trabajarla muy bien, la masa debe quedar elástica y  tenaz. Para lograr estas dos características debemos amasar unos 25 minutos, si lo hacemos a mano  y 10′ si lo hacemos en la máquina.
 
Este pan tuvo una fermentación en frío, algunos se preguntarán ¿Qué es esto? Pero sí, he descubierto que la fermentación en frío en algunos casos da muy buenos resultados, personalmente me gusta mucho.
 
Si fermentamos en frío les recomiendo que dejen sus panes  listos para hornearlos con su forma final, decoración etc. en la lata o molde que irá al horno, los que deben estar cubiertos con film plástico. Posteriormente lo llevaremos al refrigerador  y lo dejaremos fermentar  por 10 a 12 horas (toda la noche), incluso podríamos dejarlo fermentar más tiempo, pero en este caso habría que bajar la cantidad de levadura a la mitad.
 
Alguien por ahí me preguntó si la masa quedaba ácida y pasada a alcohol con este tipo de fermentación. Las masas quedan ácidas y con aroma a alcohol cuando no se respeta el tiempo y la temperatura de fermentación ideal. El resultado de las masas ácidas se produce  cuando apuramos la fermentación aplicando temperaturas que superan los 30ªC. La temperatura ideal  ambiental de fermentacion de las masas es entre los 26ºC y 30ºC.
 
 

©Ana María Amenábar Chimenti 2013. Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial.

¿Qué sándwich te harías con estas rebanadas de pan de molde?…. Cuéntanos.
 
 
Pan de Molde y Amapolas
(2 moldes de 600 g c/u)
 
1 k de harina
20 g de levadura fresca
7 g de sal (opcional)
100 g de materia grasa (margarina, mantequilla o manteca).
2 g de azúcar
100 cc de leche tibia (se puede usar cualquier tipo de leche o reemplazar por agua)
400 – 500 cc de agua tibia
Semillas de amapola, sésamo o la que prefieras. (Opcional).
 
 
En un bowl vaciar el kilo de harina, también podemos hacer un volcán sobre una mesa.
 
En el centro de nuestra harina añadiremos, la sal, la materia grasa, el azúcar, la leche y el agua tibia (no de golpe de a poco, según necesidad). Finalmente incorporaremos la levadura evitando que tenga contacto con la sal y la materia grasa.
 
Amasamos y trabajamos hasta que obtengamos una masa homogénea, elástica, tenaz y firme. La pondremos en un bowl aceitado el que cubriremos con un film plástico y fermentaremos durante 30 minutos.
 
Desgasificamos la masa, esto quiere decir que volvemos a amasar nuestra masa 3 minutos. La dividimos en dos y le damos forma de cilindro a cada bollo, el que ponemos dentro de un molde rectangular enmantequillado. Pintamos la superficie de nuestro pan con clara de huevo, agua de avena para los que son veganos y le espolvoreamos semillas. Lo tapamos con film plástico y lo llevamos al refrigerador para que fermente en frío durante 10 a 12 horas.
 
Finalmente precalentaremos el horno a 200ºC, retiramos nustro pan del refrigerador y lo horneamos.
 
Dejamos enfriar, cortamos y hacemos nuestros sandwiches preferidos.
 
Nota: Si quieres hacer el pan integral puedes reemplazar la mitad de la harina normal por harina integral.

Cappelletti

Esta receta de Cappellettis puede verse un poco pálida y quizás desabrida para algunos, considerando que la cocina actual se caracteriza por su colorido, variedad de texturas, etc. Sin embargo, esta es una receta familiar. De esas que, con cada bocado, te transporta al pasado… en este caso, a nosotras nos invade el recuerdo de los almuerzos con toda la familia y con cuantiosas porciones, se comía desde que se llegaba a las 1PM hasta que nos íbamos a las 7PM. Si no había comida, no se podía seguir conversando.
Los cappellettis es un tipo de pasta rellena, para lo que se prepara una masa fresca y se estira lo más delgada posible (si es que te gusta, aunque puede ser conveniente para partir hacerla más gruesa y evitar que se rompa cuando los formemos). La receta tradicional de nuestra Nonna era rellenarlos con pollo y lugániga, que ahora lo más parecido que se encuentra en los supermercados chilenos la longaniza marca La Catalana. Incluso a veces le ponía un poco de mortadela de Bologna, que también puede ser complicado de encontrar.
In Brodo” significa que se sirven en un caldo de pollo, sin las verduras ni pollo, pero bien hecho porque debe ser muy sabroso.
Por esto les proponemos esta receta adaptada a los ingredientes que podemos encontrar y con fotos del paso a paso para que todos puedan hacer estos “sombreritos” que tanto nos acompañaron en nuestras reuniones familiares.

Cappellettis in Brodo
100 unidades aprox
1 pechuga cocida de pollo chica.
12 cm. de longaniza (La Catalana idealmente)
¾ tazas de queso parmesano recién rallado
½ cdta de nuez moscada recién rallada
1 yema de huevo
Sal y pimienta
3,5 lts de caldo de pollo (filtrado)
300 gr de masa para pasta fresca, estirada
Nutrina para espolvorear
Para el relleno se debe moler la carne de pollo, luego incorporar el relleno de la longaniza (sin la tripa), el queso parmesano, la nuez moscada, la yema de huevo, pimienta y verificar sazón. Mantener refrigerado.
Preparar la masa para pasta fresca. Si hace mucho calor, es recomendable mantener la masa sobre una mesa o mesón espolvoreado con nutrina o harina y rociar con agua la superficie superior. De esta manera, la masa estará algo “pegajosa” y será más fácil armar los cappellettis.

Con un corta pizza, cortar cuadrados de 4 o 5 cms. De ser necesario, volver a rociar con apenas un poco de agua. Agregar una pequeña cantidad de relleno, aproximadamente del porte de un garbanzo cocido. Doblar una de las puntas y formar un triángulo.
Ahora se debe tomar la pasta y dejar el lado del relleno por sobre la uña del dedo índice y doblar las puntas del triángulo hacia la yema de nuestro dedo. Se deben unir, e incluso debería sobrar un poco para formar una especie de “laso”. Apretar lo suficiente para que la unión quede firme y delgada (no sería agradable morder un pedazo de masa grueso o crudo). Con el movimiento anterior, la parte de adelante, la punta del triángulo debería doblarse levemente hacia arriba dándole la forma característica de “sombrerito”.
Una vez que se tengan armados los cappellettis, ir dejando sobre una superficie enharinada o con nutrina (semolina). Si se van a comer de inmediato, calentar el caldo y, una vez que rompa el hervor, echar a cocer los cappellettis. Cuando floten tomarán 3 a 4 minutos en cocinarse. Verificar para obtener el punto de cocción deseado.
Por otro lado pueden congelarse, para esto se deben llevar el freezer en una bandeja espolvoreada con harina o nutrina, luego de 10 o 20 minutos deberían estar firmes. Entonces pueden guardarse en una bolsa o caja por 1 mes. Para cocinar no se deben descongelar, se agregan directamente al caldo hirviendo, pero tomarán el doble de tiempo en cocerse que los cappellettis frescos desde que flotan.
Servir con queso parmesano recién rallado y pimienta.

Creatividad

Hoy fui a un taller de habilidades emprendedoras  «CREATIVIDAD», en la Universidad de Talca. Este taller fue dictado por Águila de Ramón, director centro de creatividad e innovación para el liderazgo de la Universidad Finis Terrae.

Quiero compartir con ustedes éstos vídeos en los que aparecen recetas de vida.

Cariños….